Lectura: Mateo 4:1-11
A principio de su ministerio, Jesús se retira al desierto para pasar un tiempo en soledad y así meditar y estar en comunión con el Padre. Durante estos días, somos llamados a "retirarnos" de la vida normal y apartar momentos de silencio con Dios.
Cuando estamos con alguien que amamos, no necesariamente necesitamos hablar. El coger de la mano, la mirada silenciosa, los detalles ... son maneras de pasar el tiempo y disfrutar el uno del otro.
Con Dios pasa lo mismo, a veces debemos buscar la soledad y estar con Él oyéndole "hablar". A veces hay que decirle cosas, y a veces silenciar, pues nuestras lágrimas hablan por nosotras. Él sabe lo que llevas en tu corazón, así que te entiende aún que no digas palabra alguna.
"Señor, enséñame a buscar momentos para pasar tiempo contigo, oyéndote y disfrutando de tu presencia. Ayúdame en esta disciplina de estar en silencio y "escuchar" tu voz. En el nombre de Jesús."
Mara Williams
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