Lectura: Mateo 6:19-21
En segundo lugar, desde esta relación de amor al Padre fruirán las buenas obras. Cada buena obra no pasa ignorada:
¿Has soñado alguna vez en encontrar una caja llena de joyas, oro y dinero? Yo creo que todos, una vez y otra, hemos soñado en solucionar todos nuestros problemas financieros ganando en la lotería.
Así es el mundo en que vivimos: todo se soluciona con el dinero. Cuanto más vivimos, nos damos cuenta que el dinero NO soluciona todo. Que hay cosas que están totalmente fuera de nuestro contról, como una enfermedad sin cura y la muerte.
Jesús, conociendo la naturaleza humana, nos invita a considerar que lo que está al nuestro alcance en esta vida no es todo. Que nuestro destino final es la eternidad, y para tal etapa debemos vivir. Debemos acumular tesoros que son eternos.
¿Cómo es eso? Viviendo una vida aquí en la tierra, con los ojos en la eternidad, podemos hacerlo. Lo que importa es que nuestro corazón primeramente esté preparado para encontrarse con Dios. ¿Has recibido Jesús en tu vida? Si no, o no entiendes de que hablo, te invito a ir al día 1 de esta seria de Cuaresma, cuando lo hemos explicado.
En segundo lugar, desde esta relación de amor al Padre fruirán las buenas obras. Cada buena obra no pasa ignorada:
"Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras."
Mateo 16:27
Así que hagamos el bien y compartamos Jesús con otros pues estos son tesoros de los cuales disfrutaremos por toda la eternidad.
Señor, ayúdame a reunir tesoros en el cielo haciendo el bien y compartiendo tu Evangelio con todos que conozco para que tengan la oportunidad de estar en el cielo conmigo. Utilízame para tu obra. En el nombre de Jesús.
Comparto esta entrañable canción escrita para una persona que ha pasado a la eternidad, pero antes de irse ha acumulado muchos tesoros en el cielo:
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