Lectura: Mateo 10:40-42
El otro día, nuestra amiga Iva hablaba de que debemos buscar el propósito de nuestras vidas. Este propósito debe de ser alabar a Dios con nuestro vivir.
Las buenas obras no son necesarias para obtener la salvación. La salvación solamente es posible a través de uno dándose cuenta de su pecado, arrepintiéndose, aceptando este regalo por intermedio del sacrificio de Jesús, haciéndole también Señor de su vida. Después de esta experiencia singular, entretanto, sientes un deseo profundo de servir y representar a Dios en este mundo.
A veces no sabemos por dónde empezar. Jesús nos ha dicho que si le damos un vaso de agua a uno de sus pequeños no dejará de darnos su recompensa. Así que os invitamos a vivir una vida generosa mostrando Jesús a este mundo a través de nuestras buenas obras, grandes y pequeñas. No nos olvidemos del "vaso de agua" tan necesario en todo nuestro alrededor ... puede tomar la forma de una sonrisa, de un abrazo, de una palabra de apoyo.
"Señor, ayúdame a ver a las necesidades al mi alrededor. Que pueda verte en las personas que tú tanto amas. Dame oportunidades de representar los valores de tu Reino en este mundo. En tu nombre, Amén."
Mara Williams
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